La semana pasada di con un
documento interesante que ofrece la web de UNESCO. Se trata de un Manual
práctico con todos los requisitos necesarios para administrar un museo. En
principio pensé que no me resultaría un recurso útil, pues no me era de interés
el tema administrativo o de gestión del museo. Y sin embargo, me detuve
simplemente a revisar el índice con la intención de conocer, a grandes rasgos,
de qué se hablaba en el documento, de qué apartados constaba.
Fue entonces, cuando topé con algo que sí era
interesante para exponer en el blog. Algo sobre lo que anteriormente había
querido documentarme pero no logré dar con ello. Así que encontrar este manual,
casi por casualidad, fue todo un logro.
Parafraseando el texto:
La misión educativa del museo
en el marco de las funciones museísticas
Cornelia Brüninghaus-Knubel
Jefe del Servicio Pedagógico, Wilhelm Lehmbruck Museum,
Duisburgo, Alemania
El museo aporta un valor
añadido al sistema educativo del cual es uno de los componentes no formales.
Amplía el horizonte de a enseñanza formal, al ofrecer medios para aprender,
distraer y discutir. Todos los profesionales de museo, cualquiera sea su
función, deben estar convencidos de la necesidad de compartir y reconocer con
el mayor número de individuos, con independencia de su edad o de su condición
social, la importancia de descubrir y comprender los orígenes de la humanidad,
de la cultura y del patrimonio natural mundial.
Para todo aquel que esté
interesado en conocer la política educativa del museo, o bien los métodos
didácticos y pedagógico que estos emplean para acercarse a la comunidad, este
manual es perfecto para ello. Este es el enlace web:
Sin duda, este documento, que
expone de manera clara y concisa y con un lenguaje sencillo lo mencionado
anteriormente, me ha ayudado en el proyecto educativo que estoy elaborando para
la asignatura, y que expondré en el blog la semana próxima.
A continuación, expongo a modo
de resumen los fragmentos más relevantes del texto.
Colecciones y educación
Los educadores del museo tienen, entre sus labores,
la de definir los objetivos antes de concebir los programas educativos
destinados a perfeccionar la comprensión de los objetos; además de definir el
contenido de las presentaciones y exposiciones, sean permanentes o temporales.
Todo ello, sin duda, varía en función del tipo de público y la problemática
actuales, así como las necesidades que demanda la sociedad; hechos, también,
ante los que el educador debe saber responder.
Patrimonio y educación
Patrimonio y educación
Muchas personas no conocen nada o casi nada de otras culturas ni del patrimonio mundial. El museo es el lugar ideal para promover el valor de los bienes naturales, culturales y artísticos.
Métodos didácticos y pedagógicos en la educación del museo
•
Informaciones generales y
leyendas individuales.
Junto a cada objeto expuesto, deberá existir un mínimo de
información como son: clasificación,
función, procedencia, material, época, contenido.
•
Visitas dirigidas y diálogo
educativo.
La mayoría de visitas guiadas del museo se basan en la oralidad
y, sin embargo, es conveniente
reemplazar este recurso por una conversación o diálogo que utilice además, un lenguaje menos culto, sobre
todo si se trabaja con niños, adolescentes o personas que no han realizado
estudios. De esta manera, los educadores se valen de técnicas de interacción,
en las que actúan como mediadores o guías, de forma que, en lugar de explicarlo
todo, deja que sea el propio espectador el que explore, descubra, escriba y
compruebe lo que tiene ante sus ojos.
•
Audioguías y medios
audiovisuales.
Los museos se sirven de las audioguías quienes sustituyen
a los guías profesionales. Se trata
de grabadoras o lectores de CD que se entregan, de forma individual, a los visitantes. Por otro lado, se pueden
instalar en las salas, altavoces u otros equipos de audio que difundan informaciones complementarias o sonidos
relacionados con el tema abordado
por la exposición.
•
Espacios educativos.
Se refiere a la disponibilidad de locales apropiados para
cada acción. Un aula, una sala de
investigación o un taller, en definitiva, cualquier espacio que puedan ocupar
un grupo de alumnos, estudiantes
o visitantes individuales.
•
Soportes visuales e
informática.
Los museos recurren cada vez más a la ayuda de recursos
informáticos que sirvan de estímulo
y ayuden para lograr una interactividad con el público. Con la ayuda de esta herramienta, los visitantes tienen la opción
de seleccionar, a su gusto, informaciones para
estudiar un proceso científico, artístico, técnico o un hecho histórico.
Gracias a Internet, el acceso de
los usuarios, que están lejos del museo, es cada vez más fácil; hasta el punto de que el número de
"visitantes virtuales" es mayor, en algunos casos, al de "visitantes reales".
•
Exposiciones didácticas.
Al contrario de las presentaciones tradicionales,
centradas en el objeto, las exposiciones didácticas
o pedagógicas priorizan el debate. Esto quiere decir que prevalecen los objetivos educativos, se establece un vínculo
estrecho entre contenido, pedagogía y lo que
se comunica y se concede prioridad al grupo al que va dirigida la exposición.
•
Talleres de práctica.
Los talleres, que pueden ser dirigidos por artistas,
científicos o artesanos, ofrecen al visitante
la posibilidad de explorar, investigar y analizar las técnicas de fabricación y
conservación; de forma que la
comprensión del arte o del objeto se hace más fácil, además de ayudar a desarrollar la creatividad del
espectador y sensibilizarlo del valor de
la obra.
•
Ejercicios de manipulación.
Algunos museos proponen a sus visitantes acercarse a los
objetos culturales por medio del
tacto, siempre en un entorno controlado. Estas experiencias son tan
instructivas para los
estudiantes como para los ciegos, además de facilitar el trabajo con niños.
•
Juegos educativos.
Para los niños, el juego es de gran importancia en su
proceso de aprendizaje. De esta manera,
los juegos de estrategia, de habilidad, los juegos de preguntas y respuestas o los juegos de historia, entre otros,
pueden transportarse al terreno del museo.
•
Talleres de demostración.
Los artesanos, los artistas, los técnicos o los
restauradores pueden hacer demostraciones de
su labor artística dentro del museo. Asimismo, los comediantes y educadores talentosos pueden encarnar personajes de la
historia y realizar reconstrucciones que cuenten
con la participación-interacción del público.
•
Juegos de roles y teatro en
el museo.
El juego de roles consiste, por ejemplo, en desarrollar
una escena a partir de reconstrucciones
de hechos históricos o de una obra pintada. Esta forma de juego es fácil de integrar en una visita dirigida y
se presta al movimiento y la interacción con el público. Con más frecuencia vemos este tipo de método educativo
incluido en el programa de los museos.
•
Cuadro vivo.
En este taller, son los participantes quienes recrean un
cuadro o bien una escultura. Se cuida
de cada detalle, como los trajes o atributos, para que la escena se asemeje al máximo a los personajes que aparecen
en la obra.
•
Maletas pedagógicas.
Los materiales didácticos y los ejemplares que permiten su
manipulación, pueden agruparse en
cajas, estuches o maletas para uso de los educadores, e incluso de los propios visitantes, pues no requiere de
explicación. Estas maletas presentan la ventaja de que pueden prestarse a centros escolares que lo soliciten.
El contenido de las maletas es muy variado: textos, imágenes, música o
grabaciones sonoras, reproducciones, materiales a descubrir por el tacto o a
utilizar en actividades recreativas, juegos, y más.
•
Viaje de estudio - Visita-descubrimiento.
El viaje de estudio o visita-descubrimiento se utiliza
como método para despertar el interés
del visitante, llevándolo fuera del museo, para explorar, por ejemplo, una
gruta o una cantera, un monumento, un
edificio histórico o una estatua ligada a la historia de la cultura y del arte.
•
Actividades de acopio -
documentación - presentación.
El museo en sí puede ser un enfoque educativo y de
interés para el público, mucho más que
los objetos que contiene. De ahí la idea de llevar al visitante a conocer los
rincones secretos de la institución.
Estas actividades tienen como propósito, además de las ya mencionadas, dar a los participantes
una mejor ideo del valor de los museos y del patrimonio
que protegen.
Misión educativa del museo y la comunidad
A partir del momento en que
un museo goza de popularidad por la diversidad e interés de sus programas,
atrae al público más variado.
Por sus competencias, el
personal del museo está capacitado para organizar todo tipo de eventos que
atiendan a las necesidades y gustos de su comunidad; lo cual permite al museo
aumentar sus ingresos y frecuentación.
Actualmente, jóvenes y
adultos tienden a escoger actividades recreativas que tengan implícitos medios
interesantes y agradables para pasar su tiempo de la mejor manera posible. El
museo puede responder a esas demandas mediante el aprendizaje activo,
ofreciendo la posibilidad de abordar, de forma amena, los conceptos
relacionados con el saber.
Por consiguiente, los educadores del museo deben
concebir una gran diversidad de programas formales y no formales significativos
y divertidos para que, incluso, después de una jornada en la escuela o el
trabajo, el hecho de asistir a un curso, un taller o un evento cualquiera del
museo, aporte a los participantes una experiencia que mejore su calidad de vida.
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